Verano y Coronavirus, los ingredientes idóneos para el peor escenario televisivo posible

Seguir las audiencias es una forma de vivir. Es como el hincha cuando ve un partido de fútbol o cuando el estudiante ve la nota de un examen, esperadas, inesperadas... Las audiencias son una caja de sorpresas que tengo el placer de haceros descubrir. Además, descubrí que es mucha la gente que se involucra y que vive la competición diaria por el share y los espectadores.

Por: Pablo del Campo Sáez

Audiencias para principiantes: los dos conceptos básicos a la hora de medir la audiencia son los espectadores y el share. El primero, deduzco que es conocido. Por si acaso, procederé a explicarlo. Se trata del número de personas que ven la televisión. Podemos extraer más información, como por ejemplo el minuto de oro, es decir, el minuto de una jornada que más espectadores reunió frente a la televisión. Del concepto espectadores también deriva el target, que es el fraccionamiento de los mismos en grupos de edad. La otra cuestión de lo más determinante para entender las audiencias es el share, es decir, el porcentaje de espectadores totales que ven un programa. El share publicado por la mayoría de los medios corresponde al cómputo de la audiencia de un programa completo. Las audiencias televisivas han ido cayendo durante los últimos años. Sin embargo, no es lo mismo comparar la audiencia de un programa de hace 20 años con la de ahora. Por poner un ejemplo con un programa de hace 20 años, ‘Gran Hermano’ consiguió en su primera emisión 7 millones de espectadores y en su final un arrollador 70% de share. Sin embargo, y debido al cambio en los hábitos de vida y de consumo, actualmente, ningún programa consigue esos resultados.

Por seguir con el ejemplo anterior, las últimas ediciones del reality aunque “arrasaron” en audiencia, llegando a triplicar a sus principales competidores (La 1 y Antena 3), no igualaron los resultados de su primera edición. A pesar de conseguir unos datos sobresalientes, el reality marcó un 35% de share en su final y una audiencia media de algo más de 3 millones de espectadores. Por el camino se ha dejado en estos 20 años, 4 millones de espectadores y casi un 25% de share. En conclusión, la magia de la audiencia son los datos comparables entre sí para poder llevar a cabo un análisis riguroso. La problemática a la que nos enfrentamos es que en su mayoría no son datos que se puedan comparar sin tener en cuenta variables como el tiempo o los hábitos de consumo. Otro ejemplo más cercano: no fue lo mismo el consumo durante el confinamiento que el registrado un año atrás de dicho periodo.

Durante varias jornadas al inicio del Estado de alarma, la televisión batió récords históricos en nuestro país. Si mal no recuerdo, hubo un lunes que se coronó como el más visto televisivamente hablando desde el inicio de la televisión en España. Otro aspecto que debemos diferenciar hablando de audiencias son las temporadas. No es lo mismo emitir un programa en verano (temporada baja en audiencias) que durante el denominado “curso televisivo” cuando los datos registrados por los programas suben notablemente. Sobre esto va el artículo de este mes referido a audiencias, vamos a ver qué programas se mantienen o cuales han visto su share mermado por la marcha de sus presentadores titulares o por la etapa estival que hemos vivido. Lo primero que debemos hacer es delimitar las fechas, es decir, saber qué es la temporada estival. Aunque no esté fijada en una fecha concreta, el verano en televisión comienza cuando los presentadores titulares de la mayoría de los programas se toman las vacaciones. Normalmente, se toma como referencia a los presentadores de los magazines matinales como Ana Rosa o Susana Griso que habitualmente se cogen sus días de descanso a finales de junio. Otra posibilidad es dar por terminado el curso televisivo cuando finalizan la mayoría de las propuestas del curso, como el reality de turno, una serie o programa como pudiera ser ‘El Hormiguero’. Por ello, tomaremos como etapa estival los meses de julio y agosto. Sin embargo, escogeremos únicamente los datos de julio para el análisis.

Los datos

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Durante el mes de julio, los espectadores le dedicaron de media 5 horas 15 minutos a ver la televisión. El minuto que mayor número de espectadores reunió frente al televisor coincidió con la final de Masterchef. El programa culinario de La 1 en su variante de anónimos fue seguido por 3.568.000 espectadores al menos durante un minuto. Telecinco revalida su liderazgo en el mes de julio al alzarse cadena líder con el 14,9% frente al 11% de su principal competidor, Antena 3, que mantiene sus datos del año anterior. Por su parte, la cadena pública anota un 8,6%. La falta de espacios de entretenimiento en directo hacen que el ranking de las emisiones más vistas durante el mes sea bastante inusual. La edición de sobremesa de las noticias de Antena 3 ocupa 8 de los 10 lugares más codiciados en el listado de programas más vistos. Sin embargo, el espacio más visto es la final de Masterchef con 3.083.000 espectadores, que marcar un alto 30,3% de share.

La comparativa

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Si comparamos los datos registrados del mes de julio en el presente año con los del anterior año, 2019, veremos cómo se ha incrementado los valores. Durante julio del 2019, 4 horas 58 minutos fue el tiempo dedicado a ver la televisión de media diaria. Sin embargo, este año se ha incrementado hasta las 5 horas 15 minutos diarios.

En julio de 2019, el minuto de oro pertenece a la emisión de ‘Supervivientes’ que reunió a casi cinco millones de espectadores. El dato exacto es de 4.905.000 televidentes. Sin embargo, y pese a que el consumo total del mes sube, el minuto de oro de este año se queda bajo, con 3.568.000 espectadores. Un caso en el que queda constatada la importancia de tener en cuenta la programación.

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En cuanto al share, la cadena líder en Julio de 2020 ha sido Telecinco al cosechar un 14,9% de share. Si lo comparamos con el resultado del año anterior, Telecinco revalida su liderazgo y crece dos décimas. Sin embargo, desciende medio punto respecto al mes anterior. Claro ejemplo en el que se observa como el consumo televisivo disminuye en temporada baja.