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Mi experiencia realizando mis primeras prácticas en televisión

  • Pablo del Campo Sáez
  • 19 oct 2020
  • 5 Min. de lectura

Artículo escrito por Pablo del Campo Sáez


Desde que empecé el doble grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual tuve clara la importancia de realizar prácticas cuanto antes. Mi padre siempre me lo ha recordado y yo era algo que tenía en mente. No solo lo tenía grabado a fuego en la cabeza, sino que lo apunté en la agenda como el gran reto a superar durante el verano del 2020. En mi caso, llevar a cabo unas prácticas no solo me generaba miedo por no dar la talla, sino que tenía que poner a prueba la timidez que me atormentaba para así poder vencerla. A pesar de la insistencia de mi padre y las ganas que tenía por formarme desde las entrañas de la televisión, la timidez se convertía en el freno de mano que impide al coche avanzar cuando lo dejamos aparcado. Una vez vencida la batalla a la timidez, me puse manos a la obra para buscar el medio idóneo.

Como cada verano, mi familia y yo pasamos el mes de agosto en un pequeño pueblo de Soria. Por ello, y meses antes estando en la capital, decidí buscar todos los medios de comunicación con los que contaba la capital soriana para poder hacer prácticas. Encontré periódicos, medios digitales, radio y televisión. Una oferta de lo más amplia para poder formarme. A pesar de lo difícil que podría haber sido escoger un único medio entre todos los que había, lo tuve claro desde el primer momento: quería formarme en la televisión soriana.


En cuanto obtuve el contacto del medio me puse a redactar el correo que cambiaría mi verano. No tardé mucho en hacerlo, esperaba dedicarle más tiempo, pero los astros se alinearon y lo tuve terminado en menos que canta un gallo.

Los días de espera por una respuesta se me hicieron eternos y por mi mente pasaba una infinidad de pensamientos: desde que no lo habrían leído hasta que no contaban conmigo. Sin embargo, un lunes a primera hora recibí una llamada sorprendente. Lo recuerdo perfectamente. Estaba en el autobús escuchando música, iba sonando Adele. El bus no iba especialmente lleno, pero pocos sitios libres quedaban para poder sentarse. Cogí el teléfono sin dudarlo, sin pensar en quien podía estar detrás de aquel número que no tenía agregado. Tuvo suerte ya que no hay cosa que más deteste que coger el teléfono cuando me llaman, más si estoy en un lugar público. Era Iván, un directivo de la cadena. Iván aceptó la propuesta de hacer prácticas en su medio, aunque me comentó que tenía que ultimar unos pequeños detalles del convenio.


Cuando colgué el teléfono sentí gran satisfacción por haber podido cerrar el primer acuerdo de prácticas de mi vida. Minutos después, sonó el teléfono de nuevo. Era el director de un periódico en el que también solicité hacer prácticas. Mismo mensaje que Iván y, aunque no diese más de sí, misma respuesta. Acepté colaborar con ellos. Eso sí, mi colaboración tendría que ser por las tardes ya que las mañanas ya las tenía agenciadas. Pasaron los días y mientras completaba el convenio de las prácticas en televisión tuve que despedirme de las otras prácticas por falta de tiempo. El mes de agosto se aproximaba y entre toda la ropa que llevaba preparada en la maleta, la ilusión se mezclaba con el temor a no dar la talla.


El lunes 3 de agosto fue el día del estreno. En la redacción me esperaba Elena, presentadora y editora de los informativos en Soria. Con gran delicadeza y paciencia infinita me explicó el manejo de todas las herramientas necesarias para mis funciones. El primer encargo no tardó en llegar. En concreto me encomendaron la previsión meteorológica durante todo el mes de agosto. El primer día tardé muchísimo en hacer el tiempo, algo que tan solo me llevaría media hora los últimos días del mes. Conforme iba ganando soltura con la previsión de los cielos sorianos, Elena me iba dando más oportunidades. A la locución del tiempo, le siguió la redacción de noticias y elaboración de piezas para el espacio de noticias. A los cuatro días, ya estaba delante de la cámara informando de la cuestación a favor de la investigación contra el cáncer. En la redacción no había rutina, cada día era diferente. El único gesto que se repetía diariamente era el saludo de mis compañeros. El resto, era una incógnita hasta que mi jefa me desvelaba el encargo diario. Cuando me preguntan por mis prácticas siempre destaco lo mismo de poderlas haber hecho en Soria: he hecho todas las funciones posibles y aprendido de todo. Un día me tocaba ir al Collado a preguntar por las nuevas medidas que Sanidad había adoptado, mientras que otro tenía la oportunidad de entrevistar al subdelegado del Gobierno de la provincia. Durante los primeros días fui acompañado del técnico y de una redactora que me ayudaba en todo lo posible. Conforme avanzaba el mes de agosto, y debido a las bajas por vacaciones en el equipo, Elena me concedió más libertad en la elaboración de piezas y comenzó a enviarme únicamente junto al técnico. Tampoco puedo pintar todo de color de rosa, mis fallos tuve y paciencia les sobró a mis compañeros a la hora de corregir los errores que cometía durante las primeras semanas.


A pesar de todas estas experiencias, la mayor oportunidad me llegaría al enfilar el ecuador de mis prácticas en la televisión soriana. Una compañera tuvo que guardar la baja al haber estado en contacto con una positivo en Coronavirus, por lo que Iván me ofreció hacerme cargo del ‘Magazine’, uno de los programas de la televisión soriana. Acepte sin dudarlo. En televisión no hay que decir no a nada o, más bien, a casi nada. En los primeros programas me vi horrible, aunque conforme pasaron los días comencé a disfrutar de lo que hacía, comencé a soltarme y descubrir a la persona que hay detrás del entrevistado. Tras el reto que supuso para mí presentar este formato, no podía imaginar que la televisión soriana me tenía preparada una sorpresa más. Iván, mi jefe, estaba en plató cuando despedí el último ‘Magazine’. Cuando las cámaras se apagaron nos quedamos charlando sobre cómo me había visto y todo lo que había aprendido durante las cuatro semanas allí. En un momento determinado y antes de irme, Iván me sorprendió al proponerme presentar en directo el último informativo. Minutos atrás habíamos comentado lo positivo que es afrontar los retos y aceptar cualquier tipo de oportunidad siempre que sea positiva para uno. La decisión estaba tomada, me lanzaba a la aventura. El último día de prácticas salí por la puerta grande: presenté el que espero que sea el primer informativo de muchos.


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