Olympique de Lyon, las jefas de Europa
- José Miguel Márquez Troyano
- 11 sept 2020
- 4 Min. de lectura
Anoeta acogió la final de una Champions League Femenina que pasará a la historia después de una fase final en el País Vasco con los mejores conjuntos del continente.
Por: José Miguel Márquez Troyano
El Olympique de Lyon siguió escribiendo con letras de oro su andadura por la Champions League Femenina. En esta ocasión el lugar fue Anoeta, en San Sebastián, y el rival fue otro de los grandes conjuntos europeos, el Wolfsburgo, equipo que no pudo hacer nada para evitar que el combinado francés se llevara su séptimo trofeo continental, y el quinto de manera seguida, lo que confirma al club como el más importante del viejo continente.
La final, disputada sin público al igual que el resto de las competiciones de estos meses, demostró a dos equipos que querían jugar de poder a poder, siempre con la vitola que traía el Olympique de ser dominante en Europa durante las últimas temporadas. En la primera parte se adelantó el conjunto dirigido por Luc Vasseur con un gol de Le Sommer en el minuto 26 después de un ritmo alto y vertiginoso de las francesas, que no salieron a especular con el resultado y quisieron controlar el partido desde el primer minuto de juego.
A pocos instantes de terminar la primera parte Kumagai hizo el 0-2 y dejaba un resultado que parecía definitivo al conjunto alemán, no solo por estar enfrentándose a uno de los mejores clubes del mundo, sino también porque este salió a cerrar la final lo más pronto posible. El Olympique de Lyon terminó la primera parte con un 56% de posesión y cinco ocasiones claras, por cero del equipo germano.
En la segunda mitad las fuerzas se igualaron y el Wolfsburgo, conjunto dirigido con maestría por Stephan Lerch, sacó su rabia de campeón alemán e intentó darle vuelta a un resultado que muchos daban como definitivo. La delantera Alexandra Popp marcó en el minuto 59 el 1-2 y dio algo de esperanzas a los aficionados germanos y a todos aquellos que querían ver una final más disputada. Algo que se terminó por romper en el minuto 89 cuando Gunnarsdóttir puso el 1-3 final con un remate de alta calidad con su bota izquierda.
La consecución del título por parte del Olympique de Lyon provocó que se tuviera muy en cuenta el legado que iba a dejar el conjunto francés a la historia futbolística continental, pues el propio entrenador dijo “Hemos hablado mucho de igualar récords, y ahora que lo hemos conseguido hablamos de que este Lyon está a la altura del Real Madrid de los 50 y 60”, pues el equipo madridista de Alfredo Di Stéfano consiguió también la mágica cifra de cinco Copas de Europa de forma consecutiva.
Las comparaciones no quedaron ahí, ya que Le Sommer, Renard y Bouhaddi consiguieron su séptima copa de Europa, superando el récord histórico masculino de Paco Gento, que con el club blanco consiguió seis. Esto nos indica la magnitud del triunfo del conjunto galo, pues será recordado dentro de muchas décadas como aquel equipo que fue el primero en dominar con mano de hierro y autoridad la competición más exigente a nivel de clubes del mundo: la UEFA Champions League Femenina.
Y, al igual que el torneo masculino es necesario resaltar algunos de los nombres propios que nos ha dejado la edición de la Champions femenina más extraña de siempre. El primero es el de una de las mejores jugadores de la historia del fútbol europeo: Ada Hegerberg (O.Lyon), que se convirtió en la máxima goleadora de la historia de la competición con 53 tantos en 50 partidos. La noruega, además, no pudo ayudar a su equipo con la consecución del triunfo debido a una rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha en el mes de febrero.
Otro de los nombres propios es el de Vivianne Miedema (Arsenal), pues la jugadora holandesa terminó la competición en lo más alto de la clasificación de goleadoras jugando para un equipo que se quedó a las puertas de las semifinales tras perder contra el Paris Saint-Germain por 1 gol a 2.
Un equipo parisino que se consolidó como otro de los grandes clubes europeos a base de jugadoras de gran calidad y un bloque sólido que únicamente pudo ser eliminado de la competición en semifinales por el propio Olympique de Lyon. No cabe duda de que la hegemonía en la UEFA Champions League Femenina habla francés.
Esta edición de la máxima competición europea de clubes tuvo un total de 208 goles en 55 partidos, lo que da una media de 3,78 goles por encuentro. Pocos son ya los que se atreven a decir que el nivel del fútbol femenino es lento o que está a años luz del masculino, pues si algo hemos podido ver es a jugadoras con una técnica sublime y, tal y como hemos remarcado antes, haciendo historia a base de récords.
Atleti y Barça
Los conjuntos españoles dieron la talla en Europa y no cabe ninguna duda de que podrán estar peleando por el máximo trofeo continental dentro de unos años.
Esta edición de la Champions League Femenina arrancó en su fase final con un duelo fraticida en cuartos de final con todo un Atlético de Madrid - F.C. Barcelona. Un duelo que no decepcionó en cuanto a intensidad, pero tampoco en lo respectivo al resultado final, ya que el Barça consiguió acceder a semifinales con un gol de Hamraoui en el minuto 80. Un marcador que hizo justicia a lo visto sobre el terreno de juego, pues el club catalán. entrenado por Lluis Cortés, fue dominante en todas las parcelas de juego y tuvo las ocasiones más claras.
En semifinales el conjunto culé se enfrentó al Wolfsburgo y la sensación de que algo grande podía ocurrir estaba más que presente en Anoeta. Pero en el minuto 14 se produjo una de las jugadas más determinantes del encuentro, ya que la defensa bávara Kathrin Hendrich golpeó el esférico con la mano en un córner de los blaugrana; la árbitro no pitó penalti y, además, no estaba el VAR disponible hasta la final del campeonato.
En el minuto 58 vino el mazazo cuando Rolfö marcó el 1-0 que terminó siendo definitivo y que impedía al F.C. Barcelona llegar a su segunda final de Champions femenina consecutiva. Así mismo, el combinado catalán termina la temporada con la consecución de la Liga Iberdrola (suspendida por el COVID-19) y la Supercopa de España.
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